Por: Kelly Johana Herrera Arévalo
Estudiante de comunicación social-periodismo
La cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de cristo.
La cuaresma dura 40 días; comienza el miércoles de ceniza y termina antes de la misa del señor del jueves santo.
A lo largo de este tiempo sobre todo en la liturgia del domingo, hacemos un esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes que debemos vivir como hijos de Dios.
Es la oportunidad que tenemos como creyentes católicos de revisar nuestra vida para mejorar en aquellas cosas en las cuales estamos lejos de lo que Dios quiere para nosotros también es la oportunidad precisa para compartir en familia nuestra fé, que durante el año por las diferentes actividades que realizamos no nos permite vivir verdaderos momentos de encuentro familiar basados en la palabra de Dios.
Nuestra iglesia católica pasa por un momento muy importante ya que su santidad el papa Francisco ha llegado para compartir un mensaje de humildad y sencillez demostrando que se debe estar más cerca de las personas necesitadas y como el mismo lo ha dicho en sus palabras que no son una ONG. Es entonces necesario que todos nos comprometamos comenzando por la familia a vivir esta semana santa con una fervorosa fe participando de todos los actos litúrgicos que se celebran recordando la pasión muerte y resurrección de nuestro señor Jesucristo para finalizar viviendo una vigilia pascual que nos hace aun renacer en nuestra vida.
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