5/17/2012

Carta a Pachamama


Por: Manuel Torres


Un niño miraba las noticias, hablaban acerca de la celebración del Día de la Tierra; la cara del pequeño se mostraba asombrada pero a la vez expresaba algo de molestia, tomó un lápiz, un papel y le dijo a su madre que iba a dar una vuelta por el bosque.

La madre algo intrigada lo siguió. Se escondió detrás de un árbol para no ser descubierta por su hijo y en silencio pudo ver cómo escribía en el papel, lo dejaba al lado de la raíz de un frondoso árbol y con cariño le daba un abrazo al tronco. Luego se quedó un rato observando al árbol con ternura y se alejó dando brincos y cantando rondas infantiles.

La señora esperó a que se fuera y con pasos cautelosos se acercó al árbol, se agachó. Con delicadeza tomó la nota y comenzó a leer:

Hola madre tierra, soy un humano, uno de los tantos que te hacen daño a diario, solo te pido que por favor disculpes a mi raza por explotarte y maltratarte. Debes saber que ahora ya todo es metálico, lleno de circuitos y lucecitas, ya no nos importan los árboles, los ríos, los cielos... perdona los derrames de petróleos en tus mares, perdona la muerte de tantos animales, esos tus hijos, que no le hacen mal a nadie.

Yo sé que tú sufres cuando un bosque muere por completo, yo sé que tú lloras cuando tus aguas se envenenan, sé que agonizas cuando tus vientos se vuelven grises, sé que te ahogas con tanto humo, mientras el ruido te agobia y ensordece tu espíritu pero la ambición de las industrias solo quieren construir más y más carros. A mí nadie me hace caso, mi mamá no me escucha cuando le digo que no conecte tantos aparatos a la vez y si la regaño por botar papeles dentro del inodoro, ella me manda a callar y me dice que eso nunca te va a contaminar.

Ese día que llaman “Día de la tierra”, tratan de recordar lo importante que eres Pachamama, sin embargo estarás olvidada el resto del tiempo; ahora todo es comercial, ahora no importa lo mucho que se perturben tus montañas, lloren tus nubes o se derrita el hielo, ahora sólo importa el dinero.

Gracias madre tierra por todos tus paisajes, espero que nos puedas perdonar, sé que todavía la naturaleza se puede salvar, te prometo que cerraré la llave del grifo cuando no la esté usando, también les diré a mis hermanos humanos que la basura va en las canecas y no en tus verdes prados.


Te quiero mucho Pachamama".

Ella volvió a dejar la carta en el suelo, se levantó, llevó las manos al rostro y comenzó a llorar. Vió hacia el cielo, suspiró y dijo:


¿Qué hemos hecho contigo Pachamama… qué hemos hecho?

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