Juan Manuel Santos, quien en el 2010 pregonó
a los colombianos a modo de campaña electoral una continuidad a la gestión
realizada por el ex presidente y ahora senador Álvaro Uribe Vélez, consiguió la
Presidencia de la República gracias a
esto, pero cambió su postura inicial rápidamente.
El acercamiento con el que fuera
presidente de Venezuela Hugo Chávez, evidenció su diferencia de pensamiento con
su antecesor. Cuatro años después, en búsqueda de una reelección, proclamó a
toda fuerza “la paz” debido a los recientes diálogos para lograr un proceso de reconciliación
con las FARC.
Por otro lado, las continuas
concesiones y ventajas que le ha ofrecido a las FARC, casi desde el principio del
proceso de paz, ponen seriamente en duda si firmar un proceso sería conveniente
para la población; aunque si pueden ser un primer paso importante, pero siempre
dependiendo de los términos en los que se firmen, los cuales actualmente no son
los más convenientes para el pueblo colombiano.
La economía creciente que experimentó
el país en los últimos años, parece haber llegado a su punto más alto. La
gallina de los huevos de oro que tuvimos la suerte de encontrar (Petróleo) parece
que está en sus últimas o al menos en un momento muy delicado, y en un país
pobre, subdesarrollado, corrupto y mediocre este será seguramente uno de los
peores escenarios posibles; en una nación poblada por sujetos incapaces de
hacer más que lo estrictamente necesario, una situación como esta genera más
preguntas que respuestas.
Para rematar, se le suma la justa
solicitud de maestros por la obtención de mayores beneficios en su labor, entre
las que se incluye una mejor remuneración. Acá la cuestión es que ahora el
dinero no sobra y una mejora en la docencia es indispensable, no solo en los
pagos para motivar a los profesionales a ejercer esta tarea, sino también en el
nivel académico; de esta manera se acabaría la mediocridad en la que estamos
sumidos. Será ver como salen de esta, ya que una labor tan indispensable como la
de los docentes no puede seguir siendo considerada como desechable.
Todos estos elementos, son la prueba fehaciente de por qué la
imagen de un presidente, que siempre ha tenido la intención de caer bien y
decir lo que todos quieren escuchar, está por el piso.
Por: Nelson Aldana
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