5/28/2015

Una labor sin credibilidad.

Juan Manuel Santos, quien en el 2010 pregonó a los colombianos a modo de campaña electoral una continuidad a la gestión realizada por el ex presidente y ahora senador Álvaro Uribe Vélez, consiguió la Presidencia de la República  gracias a esto, pero cambió su postura inicial rápidamente.

El acercamiento con el que fuera presidente de Venezuela Hugo Chávez, evidenció su diferencia de pensamiento con su antecesor. Cuatro años después, en búsqueda de una reelección, proclamó a toda fuerza “la paz” debido a los recientes diálogos para lograr un proceso de reconciliación con las FARC.

Por otro lado, las continuas concesiones y ventajas que le ha ofrecido a las FARC, casi desde el principio del proceso de paz, ponen seriamente en duda si firmar un proceso sería conveniente para la población; aunque si pueden ser un primer paso importante, pero siempre dependiendo de los términos en los que se firmen, los cuales actualmente no son los más convenientes para el pueblo colombiano.

La economía creciente que experimentó el país en los últimos años, parece haber llegado a su punto más alto. La gallina de los huevos de oro que tuvimos la suerte de encontrar (Petróleo) parece que está en sus últimas o al menos en un momento muy delicado, y en un país pobre, subdesarrollado, corrupto y mediocre este será seguramente uno de los peores escenarios posibles; en una nación poblada por sujetos incapaces de hacer más que lo estrictamente necesario, una situación como esta genera más preguntas que respuestas.

Para rematar, se le suma la justa solicitud de maestros por la obtención de mayores beneficios en su labor, entre las que se incluye una mejor remuneración. Acá la cuestión es que ahora el dinero no sobra y una mejora en la docencia es indispensable, no solo en los pagos para motivar a los profesionales a ejercer esta tarea, sino también en el nivel académico; de esta manera se acabaría la mediocridad en la que estamos sumidos. Será ver como salen de esta, ya que una labor tan indispensable como la de los docentes no puede seguir siendo considerada como desechable.

Todos estos elementos, son la prueba fehaciente de por qué la imagen de un presidente, que siempre ha tenido la intención de caer bien y decir lo que todos quieren escuchar, está por el piso.


Por: Nelson Aldana

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