12/19/2011

Mil rostros por una esperanza

Por: Manuel Torres.

“El arte puede pintar sueños sin necesidad de dormir,Pintar paisajes siendo ciego, Pintar esperanzas en medio de la agonía”

Paso a paso, él escucha ese sonido que hacen los zapatos al gastarse contra el suelo, paciente, tranquilo, con ojos llenos de esperanza, esperanza alimentada por la ambición de tomar sus pinceles y formar trazos de colores mágicos, llenos de gloria, llevándolo al éxtasis del dibujo. Aquel hombre, sentado en un muro de concreto, con sus creaciones alrededor, ese que día a día, de sol a sol, se mantiene en pie, tomando un lápiz y transformando los colores en arte.

Aguarda en su improvisado sitio de trabajo algún rostro que quiera ser plasmado en una hoja de papel, la inspiración no puede faltar, llega en aquellos momentos, esos que lo motivan a realizar figuras que logren satisfacer las peticiones exigentes de cada uno de sus clientes. A veces le duele escuchar por parte de algunas lenguas inconformes, que sus producciones artísticas dejan mucho que desear, él no se echa para atrás, sabe que tiene que mejorar cada día más y hacer de su arte callejero un deleite para cualquier personaje que transite por los lares de la “Esquina de los Rostros”.


Luis Capera es un pintor callejero con técnicas empíricas pero con el arte en la sangre, su talento explotó en su vida cuando se encontraba pasando por una crisis de desempleo, optó por tomar las calles como su sitio de trabajo y así comenzó su vida como artista llevándolo a realizar obras sobre el cuerpo humano, paisajes y hasta trabajos de universitarios que llegan buscando su ayuda.

Diez años de su vida los ha dedico al campo artístico y la mitad de ellos los ha pasado en esta reconocida esquina, la fuerza pública le ha brindado respeto en su zona de trabajo sin embargo el Estado no le ha dado ningún tipo de apoyo, ni tampoco un reconocimiento, pero esto a él no lo afecta, gracias a su humildad ha sabido sobresalir frente a una sociedad olvidada del arte, adornada por las modas contemporáneas y tecnologías informáticas.

Es un artista que vive con el pueblo, observa como la vida se vuelve más monótona en una ciudad, el ciclo cotidiano es aburrido y agotador, la respiración de la gente es rápida, agitada porque su alma está llena de emociones de color gris, por estas razones él prefiere la calle, que cualquier exposición o museo para mostrar sus pinturas.



Se siente más identificado ayudando a la gente a olvidar sus problemas con dibujos y oleos aunque el que capital que le quede no sea muy factible para sus gastos diarios, ya que depende de los ingresos diarios de las duras fotografías que tiene que crear. Las técnicas que usa, mejoran cada día más con el tiempo y la inspiración le llega frecuentemente aunque su motivación no sea más que ganar dinero.

Retratista de nacimiento, así se podría llamar a este hombre con corazón pintor, espontáneo, serio con sus expresiones, con mirada fría, conservadora, aferrado a sus raíces y enseñanzas sobre el trabajo arduo, lo han puesto en una posición determinante para su vida. Lo ha convertido en un artista callejero.

Luis Capera con su esperanza de visionario y fuerza de luchador sigue en el mismo andén mostrando otro punto de vista del cuerpo humano, y así, seguirá moldeando sus ideas con líneas, curvas y rayas llenas de pasión, dando de qué hablar acerca de la imagen superficial, pensando que con ilustraciones y carboncillo en los bolsillos se puede cambiar la sociedad. Así como durante años lo ha logrado con esa que hoy conocemos como la “Esquina de los Rostros”.


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