6/18/2015

Las personas ahora tienen numerales en sus caras.

Al humano promedio le gusta seguir las tendencias, las modas; se adapta a los diferentes cambios que tiene la sociedad con el fin de encajar en ella y estar al tanto de todo lo que pasa en la actualidad. Este comportamiento es normal, pues al ser individuos pensantes podemos tomar decisiones que nos brindan una ayuda para sociabilizar. El problema es cuando no pensamos y simplemente seguimos una corriente porque todo el mundo lo hace, olvidándonos de nuestras esencias (únicas y personales) y perdiendo la originalidad que reside en cada persona.

Desde que la red social Twitter comenzó a hacer uso de los hashtags, se creó una nueva forma de encasillar la temática de la publicación, esto permitió que los usuarios pudiesen encontrar la información de una manera más fácil y especifica. Así que, comenzaron a verse casos en los que los ‘tuiteros’ denunciaban una problemática por medio de un numeral, esto ayudaba a que se hiciese más visible la noticia y que mucha más gente reconociera u opinara sobre el tema. Desde ese momento, la comunicación en las redes sociales cambia un poco más, las personas empiezan a adoptar las etiquetas de numerales para cualquier tipo de mensaje sin ningún problema, y el uso por el cual nacieron este tipo de etiquetas, pierde su orientación.

A pesar de que muchos internautas, al principio, usaban los numerales para comunicar emergencias, catástrofes o alguna opinión política, otros simplemente comenzaron a usarla para acompañar sus fotos de asados familiares, de salidas a bares con amigos o para hacer alarde que estuvieron en Starbucks o Mc’Donalds. Algunos dirán, pero ¿qué tiene de malo esto? Claro, no tiene nada de malo, pues cada quien tiene la libertad de publicar cuanta cosa irrelevante quiera, así no le aporte nada a la sociedad, porque siendo sinceros, ese tipo de publicaciones no motivan el pensamiento crítico de las personas, sino que al contrario, las envuelve en una realidad superflua de aparentar lo que está de sobra.

Pero ese ni siquiera es el problema principal del que quiero hablar, como dije, cada quien utiliza las opciones virtuales como quiere y comparte lo que le parezca pertinente en su redes sociales, pero, ¿por qué abusar de las herramientas y caer en la banalidad? ¿Por qué publicar los zapatos que se acaba de comprar con un pie de foto lleno de esto: #zapatos #nike #huellaslimpias #freestyle #piessanos #mesientobien #nocaminosinolevito, ¿por qué atentan de esta manera con el idioma y con el lenguaje digital? Está bien poner una o dos etiquetas, como para acompañar la foto, pero poner toda esa lista de palabras sin sentido lo único que hace es que se pierda la idea que se quiere emitir y los mensajes llegan tan fragmentados que parece que se estuviera leyendo el discurso de un presidente tartamudo que no explica nada de lo que le preguntan.

Los hashtags se inventaron para contextualizar un tema y hacer más fácil su búsqueda, no para abusar de ellos cuando no se tiene nada que decir. Pues esto es lo único que transmiten las personas que abusan de los numerales; como no pueden escribir una frase inspiradora, ya sea por pereza o falta de conocimiento, recurren a la puerilidad de las redes sociales, acompañando sus fotos con palabras a medias que no dicen nada interesante, ni educativo, ni provechoso para la comunidad.

Si seguimos atentando nuestro increíble idioma con este tipo de comportamientos, perderemos la capacidad para redactar frases hermosas y poéticas, perderemos la riqueza idiomática que nos pertenece pero que muchos prefieren desdeñar y botar al caño, perderemos nuestro precioso lenguaje, ese que nos ayuda a ser pensadores profundos, que nos hace imaginar con libertad y nos permite ingeniar ideas originales. Llegará el día en el que solo hablemos por medio de etiquetas, entonces cuando nos pregunten que hicimos el fin de semana, responderemos así: #piscina #beer #sol #nube #bikinirosadito #amigas #sonlasmejores.

Lo que me preocupa es que el humano pierda su afán por querer crear cosas que verdaderamente aporten algo al desarrollo de un país, cosas que lleven al arte, al deporte o al buen manejo de la economía, cosas que nos hagan pensar más allá de lo que dice Internet o cualquier otro medio masivo, cosas que en realidad ayuden a entender mejor la sociedad y que nos hagan mejor persona.

Usen los numerales que quieran, pero no en todo lado, ni en todos los temas que publiquen, porque no generan nada de importancia social o intelectual y quedan totalmente desubicados con la vida real; como dicen por ahí: todo tiene su momento y su lugar pero no todo tiene que llevar numeral ni etiquetas innecesarias, no se conviertan en unos abusivos del hashtag; #noseanfastidiosos. 


Por: Manolo Torres. 

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