Todo comenzó en 1957 cuando su madre María Cristina Cortés
dio a luz a uno de sus hijos sin saber que sería un gran artista. Su padre
Joaquín López esperaba con ansias que llegara a este mundo Rafael
López Cortés, así lo decidieron llamar. Alrededor de 1963 a la edad de los seis años comenzó a
tener el gusto por el dibujo. Lo inspiró un dibujo hecho por su padre y
descubrió el interés por el lápiz y el pincel.
Su abuelo, quién era pintor, lo incentivo hacia el gusto por la pintura. “Su casa parecía una galería, guardaba aproximadamente
unas doscientas obras originales por toda la casa”, afirmó Rafael López.
Comenzó a desarrollar más el hemisferio derecho de su
cerebro, el que más desarrollan los artistas y el que está más pendiente de la
especialidad, de las formas, de la memoria del dibujo y de las composiciones.
Su talento fue descubierto en primera medida por sus padres y
su abuelo, posteriormente cuando entró al colegio una profesora también captó la forma en que dibujaba y lo metió en un concurso en el Colegio Francisco José de Caldas, donde estudiaba. Lo estaban preparando para un concurso departamental de
pintura. En la presentación le tocó dibujar a un pescador y la profesora le
mostraba el dibujo para que no se le fuera a olvidar lo que tenía que dibujar; lo
recuerda aún con risa porque ya lo tenía claro.
Participó en el concurso departamental de pintura en el año
1970 que se llevó a cabo donde queda el Parque los Centauros hoy en
día. Se enteraron cuando un amigo había escuchado por la radio que se
había ganado tal concurso. Su primera bonificación fue dada por el colegio.
Rafael no esperaba tal noticia, en la última entrega del
informe de notas le entregaron un sobre en el que había una tarjeta
felicitándolo, también se llevó una grata sorpresa cuando del sobre salió un
cheque por docientos cincuenta pesos, fue una alegría inmensa para él.
Siguió ganando más premios y concursos, incluso en una
ocasión quedaron empatados con un amigo de él y decidieron compartir el premio.
Hicieron varios murales junto a otros compañeros en varias paredes de colegios
y sitios en Villavicencio.
Tuvo su etapa difícil cuando llegó el momento de decidirse
qué iba a estudiar, hasta que por fin decidió inclinarse por las bellas artes e
ingreso a estudiar en la Universidad Nacional. Luego llegó el amor a su vida y
se casó, pero fue demasiado pronto.
Contó que le costó haberse echado cargas innecesarias a cuestas porque apenas estaba comenzando su carrera artística y era mucho más complicado.
Contó que le costó haberse echado cargas innecesarias a cuestas porque apenas estaba comenzando su carrera artística y era mucho más complicado.
Hizo un técnico en construcción en el SENA y así aprendió a
hacer nuevas cosas, las cuales también fue aplicando a la pintura. Tuvo
diferentes trabajos que no tuvieron nada que ver con la pintura. Fue profesor
en el Colegio Cultural de Villavicencio, también se hizo cargo del restaurante
que estaban montando junto a su hermano, el cual aún existe y tiene por nombre "La Ragazza", nombrado así por su abuela que era de descendencia Italiana.
Ha tenido
la oportunidad de hacer exposiciones en la Cámara de Comercio de Villavicencio,
en la sala de la Gobernación del Meta, con Corcumvi y la facultad de artes de
la Universidad Nacional. También en la ciudad de Panamá y en otros lugares en Bogotá. Además tuvo la oportunidad de estar junto al cantante
italiano Nicola DiBari, ya que “La Ragazza” fue uno de los patrocinadores del
evento y de obsequiarle un cuadro que ahora se encuentra en Milán.
La técnica que más le gusta es pintar al Óleo. En su
gran gusto por la pintura fue perfeccionando su técnica al pintar metales.
Pinta siempre los bodegones sobre telas,
tanto así que es conocido como “El Caballero de las Telas”. Las rayas de las
telas onduladas las pinta para reflejar que el ser humano es cambiante y que al
extender la tela, las líneas que quedan rectas muestran la rectitud en los actos
de la vida. Las cintas rojas las toma como la sangre, la guerra, las armas y la
violencia. Las cintas negras reflejan luto, las cadenas, el secuestro y la
esclavitud. Las cintas doradas reflejan el oro y la lucha por el dinero. Las
cintas azules son las tropas realistas. Las telas blancas son para reflejar
neutralidad y en especial la paz.
En la actualidad trabaja en algunas oportunidades en "la Ragazza" junto a sus hermanos cuando viaja a Villavicencio. Se encuentra radicado en la ciudad de Bogotá. Sigue desarrollando su obra adelante sin importar que tan
duro sea, con sus manos lastimadas por los químicos que usa al plasmar sus
ideas en el óleo. Y sigue buscando hiperrealismo mágico, como en algún tiempo
titularon una nota en el periódico Llano 7 Días rindiéndole un homenaje a este
gran artista.
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