Conocer, apropiarse y cultivar el territorio, un reencuentro de identidad y de lucha.
En América Latina, la falta de autonomía que tienen los dueños sobre sus terrenos se evidencia a la hora de sembrar y cultivar, a través de los años han vivido un proceso de modernización obligado, para ingresar a estándares de producción y competencia que han generado las multinacionales.
La tierra ha sido transgredida de diversas formas, una de ellas son los insumos químicos (producidos y vendidos por dichas multinacionales), los cuales han ocasionado problemas en el suelo –permiten una productividad efectiva por tiempos cortos y limitados– Estas hectáreas después de la explotación terminan como terrenos infértiles.
Al obtener autonomía se empieza a reconocer a la soberanía alimentaria como un derecho que permite a las comunidades controlar su propia alimentación y nutrición. Implementar estrategias de resistencia frente al comercio libre y corporativo, logrando ingresos dignos para mantener su desarrollo económico. Por esta razón, es necesario recuperar los modelos de producción locales para obtener un proceso equitativo, oportuno y de calidad de los alimentos.
Por esta razón en el departamento del Meta, exactamente en el kilómetro 7,5 de la vía San Nicolás, Vereda la Florida, existe el Centro Agroecológico La Cosmopolitana, que desde hace más de 20 años se preocupa por el bienestar del territorio y la responsabilidad social, generando conocimiento desde y para las comunidades indígenas, campesinos y personas que deseen tener autonomía sobre el territorio.
Realizamos una visita al Centro Agroecológico con el fin de conocer a profundidad el trabajo de los diferentes talleres. En este encuentro observamos los diversos procedimientos de siembra y manipulación del suelo, con énfasis en trabajo social. Una de las comunidades beneficiadas en este proyecto de largo plazo es la tribu indígena Piapoco habitantes del municipio de Puerto López-Meta.
Dicha comunidad ha adquirido conocimientos gracias a los talleres desarrollados y patrocinados por la Fundación La Cosmopolitana. Al taller que asistimos junto con los integrantes indígenas se destacó en la soberanía alimentaria, como un reencuentro con el territorio, su identidad, costumbres nativas de unión y trabajo comunitario, por medio de la siembra y el cultivo, generando cambios positivos en su contexto socioeconómico y cultural.
Vídeo: Soberanía Cosmopolitana
En el proceso teórico evidenciamos las problemáticas que genera la falta de autonomía alimentaria en los pueblos indígenas. Revelando la desunión, la decadencia en la salud, conflictos familiares y en comunidad. Se identificaron las ventajas que se obtienen al aprovechar de una manera efectiva el suelo como fuente alimentaria, logrando así que las personas tengan comida saludable obteniendo la soberanía alimentaria.
Al escuchar las falencias y ventajas se abrió paso a una clase en la cual el objetivo principal fue aprender y poner en práctica el sistema SAP (sistemas, aplicaciones y producto) el cual es inherente al procedimiento de cosecha de los alimentos en menos de 8 meses, y el abono orgánico “Humus líquido” el cual es de vital importancia durante todo este proceso.
Posteriormente se realizó la práctica que inculcó en los indígenas el conocimiento de soberanía alimentaria. Comprendiendo el valor que tiene este término en su comunidad, generando un valor cultural y socioeconómico convirtiéndolos en consumidores primarios de sus propios productos y exportadores de los alimentos cultivados.
En terrenos de10x10 metros de tierra fértil inició el proceso experimental con toda la comunidad incluyendo niños y jóvenes, un trabajo en equipo que produce frutos para la cotidianidad de los indígenas.
Para generar unos frutos de calidad, no basta con sembrar la semilla, este proceso debe ir acompañado de una serie de factores: un suelo firme, cultivable y fértil, que se obtiene a partir de abonos orgánicos.
EL HUMUS LÍQUIDO LA ESENCIA DEL SUELO FÉRTIL
El Centro Agroecológico La Cosmopolitana dentro de sus talleres de agricultura sostenible desarrolla con gran importancia el tema del humus líquido, ya que es fabricado con los mismos recursos locales y por medio de transformación natural.
Su principal función es contribuir a la mejoría de la estructura del suelo para aumentar el enraizamiento (crecimiento de las raíces) en los cultivos. Además de generar este efecto sirve como supresor de plagas y enfermedades logrando una mayor captación de nutrientes, lo que permite que los cultivos crezcan con una mejora en sanidad ya que no son intervenidos por componentes químicos.
El Ingeniero José Zárate quien trabaja en el lugar nos contó sobre esta técnica de abono:
Vídeo: Humus La Cosmopolitana
Para la elaboración del abono orgánico son necesarios los siguientes ingredientes: Soda cáustica, potasa cáustica, úrea, orines y una fuente de humus que puede ser: del Suelo de mantillo de bosque, el termitero o lombricompuesto o el AFOS maduro.
Para obtener 100 lts de humus líquido se debe extraer 2000 gr de soda cáustica, 2800 gr de potasa cáustica, 5000 gr de úrea y 40 lts de orines, se introducen en un recipiente que contiene 60 lts de agua para así iniciar con el proceso de homogeneización.
Una vez se cumpla con lo requerido se añade la fuente del humus: suelo de mantillo de bosque, el termitero y el lombricompuesto y se procede con la agitación de la mezcla, durante 3 - 5 días, se agita por 5 minutos, dos-tres veces al día, hasta que la mezcla tome un color café oscuro, signo de que ya está lista para ser utilizado, separando el Humus líquido del sedimento para almacenarlo en recipientes plásticos no transparentes para lograr un mejor resultado. La dosis y el modo de aplicación varía dependiendo el cultivo a manipular.
Es así como el abono orgánico es uno de los procesos significativos y de vital importancia para la productividad de las fincas regionales que ya han implementado este proceso, gracias al entrenamiento dado por parte del Centro Agroecológico La Cosmopolitana.
La soberanía alimentaria es un derecho que se debería garantizar a todos los pueblos, para que consuman alimentos nutritivos, adecuados, accesibles, cultivados y sembrados de forma natural y ecológica. Permitiendo así el acceso y manejo del territorio, la tierra, el agua, semillas, ganado, etc. desde y para los que producen los alimentos y sus consumidores.
Es un proceso de autonomía, identidad y apropiación del sistema alimentario, una lucha de los mercados nacionales y locales, que debe ser direccionada a la expansión y al conocimiento de todos los ciudadanos, generando políticas y posturas críticas que garanticen el cumplimiento de la misma para todas las generaciones.
Por: Jenny Moncada, Juan David Téllez y Daniel García
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