El cerro tutelar de Villavicencio, Cristo Rey, nuevamente luce una nueva cara, con la que se espera se mantenga, no solo por la pasada Semana Santa, sino por todos los días del año para que se convierta en un atractivo turístico permanente de la ciudad.
La administración del alcalde de Villavicencio, Wilmar Barbosa, impulsó
las obras de recuperación con el apoyo de la Gobernación del Meta, el Ejército,
la Policía Nacional, Bioagrícola y el Consorcio Iluminación de Villavicencio.
La labor incluyó podas, lavado y limpieza general en el monumento, los senderos
y la concha acústica, la cual ha sido la más afectada por el deterioro y el
paso del tiempo.
Con la presencia permanente del Ejército, quienes de ahora en adelante
garantizaran la seguridad del sector, se espera que las personas acudan de
manera masiva, y los eventos deportivos y culturales retornen de manera gradual
al emblemático lugar.
Por lo pronto, las
personas han respondido de manera positiva, especialmente los fines de semana,
cuando el lugar es frecuentado para caminar y hacer deporte en general. Los
demás días de la semana el ascenso ha sido muy reducido.
El aspecto más crítico de la recuperación, ha sido el deterioro de la
concha acústica, que a simple vista no está en condiciones para albergar
eventos masivos de tipo cultural. La remodelación total de esta parte, aún no
ha sido cualificada.
Historia
Durante la violencia de los años cincuenta, el párroco de la catedral de
Villavicencio, Pedro Elíseo Achury Garavito, hizo una promesa con el ánimo de
lograr la pacificación de la ciudad. Las obras se iniciaron en 1954.
El monumento del Cristo Redentor fue elaborado por José Roma Kans. La
estatua fue traída por piezas desde Bogotá y, en Villavicencio, fue armada
exactamente sobre la capilla. La obra fue realizada en cemento; su costo en la
época fue de $70 pesos y mide 35 metros de altura.
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