Por: Camila Grajales
Bogotana, egresada del SENA, y con una experiencia de 16 años, Rocío Prieto Martínez estará acompañando a la comunidad Uniminuto desde el área administrativa.
Rocío Prieto Martínez |
Hace año y medio que vive en la Ciudad de Villavicencio, y ya está enamorada del Llano. Entre sus planes siempre está el merecido descanso, junto a su perro “muñeco”, su esposo y sus dos hijas de 17 y 8 años. Ir a río a Puerto López se convierte en la excusa perfecta para compartir y disfrutar de su familia. Es muy hogareña, y le gusta que las cosas del hogar queden en sus manos.
Tiene una hermana gemela que vive en Bogotá, junto a sus otras hermanas y su padre. Pero además de su faceta familiar, tiene claro que hay que aprovechar todo lo que hoy oferta la tecnología: “me apasiona escuchar música, bajar canciones, hacer cursos virtuales, ¡Internet me atrapa!”, asegura orgullosa de sí misma. Y no es para menos, pues ha tenido experiencias que la han marcado y que en este momento la hacen más fuerte.
Trabajó para la oficina de alcohólicos anónimos, experiencia que afirma fue enriquecedora espiritualmente, y la hizo crecer como persona, pues entendió, cómo es la convivencia de personas con la enfermedad, y con más adicciones, -cuando padecían de dos o más simultáneamente-. “Es diferente ver los toros desde la barrera, que verlos en el ruedo” señala. Además, su paso por esa organización le dejo un alias, “ellos son anónimos, entonces guardan mucho su identidad, algo gracioso es que no me llamaban por mi nombre, me decían Sofía, me respetaban mi anonimato” agrega mientras deja entrever una sonrisa que acompaña el recuerdo.
Sin embargo, el deceso de su madre, la obligó a renunciar a ese empleo, con el que, de cierta forma no estaba satisfecha en su campo profesional, pues quería algo más, algo que le demostrara que está hecha para grandes cosas, no limitarse a ejercer lo básico; y entre tanta búsqueda, halló UNIMINUTO.
Ahora ella, quien lleva sólo días haciendo parte de esta comunidad, quiere aprender y aportar lo que más pueda a la acreditación que adelanta la Universidad, y a todos los procesos que se están dando; conocer los programas a distancia, semi presenciales, las especialidades y comprender en su totalidad el legado del Padre Rafael García Herreros. Espera que en 10 años, UNIMINUTO Regional Llanos sea un edificio grande, con muchos salones, y con la sede administrativa aparte, como la sede principal en Bogotá, la que conoce porque ha hecho cursos de sistemas.
Rocío, quien se define como inteligente, pro activa y dormilona; sueña con ver profesionales a sus hijas, jubilarse y tener una casa de descanso en una pradera. Y para esta navidad, desea la fortaleza que siempre la ha acompañado para seguir afrontando la vida sin su madre.
Aún así, siempre estará dispuesta y con una sonrisa amable a colaborar desde su oficina.
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