10/16/2015

Una sonrisa a la vida. Parte 2.

Por: Angie Tatiana Palomino Alarcón.
Foto: Cortesía de la familia Contento.
Catorce años después de su nacimiento, Jorge se dio por enterado de que no habían sido suficientes los tratamientos anteriores, su cadera aún presentaba problemas y su pierna izquierda no estaba creciendo como la derecha.


Luego de varios estudios, decidieron hacerle una reconstrucción de la cabeza del fémur por medio de un trasplante óseo y reconstrucción de cadera pero para eso tenían que evitar el crecimiento de la pierna derecha, se le realizó entonces, una cirugía de rodilla en Bogotá donde evitaron el crecimiento normal de dicha pierna. Debido a esto  duró 2 meses en muletas,  ya después de la recuperación y pasados 3 meses se le realizó la cirugía de cadera en Bogotá. Luego de 4 horas de intervención y una semana de hospitalización, lo trasladaron a Villavicencio en ambulancia ya que no podía tener ningún tipo de movimiento.

Tantos tratamientos médicos y complicaciones de salud en un jovencito de 14 años, parecían ser injustos, pero de cierta forma esto requiere de esfuerzo y coraje, virtudes que ha desarrollado Jorge desde muy niño para superar todo lo que se avecina.

Soportando el horror de estar en cama, sin poder moverse, totalmente acostado para que el hueso se adaptara y no sufriera ningún daño o complicación, pasaron los días y  por consiguiente los meses, 4 meses de lucha y paciencia en donde las ganas de salir adelante son las únicas que permiten sobrellevar ese proceso.

Su familia se encargó de todos los cuidados necesarios para su recuperación, después de los 4 meses lo llevaron a Bogotá donde el doctor le permitió la posibilidad de sentarse y así durar un mes hasta que pudiera caminar en muletas por tres meses. Esta cirugía se realizaba con el propósito de evitar que la cadera se destrozara por completo y aplazar el cambio de cadera que según el doctor se realizará cuando tenga aproximadamente 40 años.

En diciembre del 2005 sufrió un tercer ataque de epilepsia el cual casi lo hace pasar las fiestas hospitalizado, cosa que a Jorge no le parecía bueno porque él quería comunicarse y compartir esta fecha con su familia, afortunadamente salió de la clínica el 22 y pasó su navidad en casa, sin dejar a un lado algunos cuidados especiales.

Debido a todo el tiempo que pasó retirado del colegio se vio en la obligación de validar el bachillerato en un colegio donde estudiaba los sábados y hacia dos cursos en un año, esto no le parecía del todo mal ya que ganaba tiempo.

A mediados del 2006 fue intervenido nuevamente con el fin de retirar algunos materiales que tenía en la pierna, esa fue la primera cirugía realizada en la ciudad de Villavicencio.

Foto: Cortesía de la familia Contento.
A pesar de todos los obstáculos que había atravesado en su corta vida en el año 2007 se graduó como bachiller, “después de una larga lucha, al fin obtuve un logro importante en mi vida que era tener mi diploma, pensando a futuro para estudiar una carrera profesional. Como regalo de grado mi mamá me llevó a un viaje donde conocí el mar y varias ciudades de nuestra bella Colombia, fue un momento maravilloso que disfruté en compañía de mi mamá” dice Jorge.
Foto: Cortesía de la familia Contento.
Los medicamentos, los artefactos electrónicos capaces de salvar vidas en conjunto con la sabiduría de algunos empleados y hasta los aquejados pacientes presentes en los pasillos del hospital, hacen parte de un mundo en el cual se encuentra sumergido desde su infancia, de tal impacto en su vida, que se convirtió en una de sus grandes pasiones, por lo cual, en el año 2009 tomó la decisión de entrar a estudiar medicina.
Foto: Cortesía de la familia Contento.
Aunque su deseo era infinito, las dificultades económicas, tuvieron más peso, haciéndolo dejar a un lado el sueño de ser médico, para optar por su segunda opción.

La Tecnología en Informática, fue la carrera escogida por Jorge para ingresar a la universidad, pues siendo un amante de la tecnología y los computadores, decidió entrar a la Corporación Universitaria Minuto de Dios y formarse como profesional.

En ese mismo año se dio a la tarea de investigar sobre su enfermedad ya que la mayoría de médicos desconocen el caso y no dan un reporte sobre los problemas que afronta. Tras una larga búsqueda en Internet, se dio cuenta que en el mundo hay un gran número de personas con este padecimiento y que la ciencia ha avanzado de tal forma que es posible hallar algunas soluciones a este síndrome.

Tras investigar, se encontró con que en algunos países se están realizando cirugías de corrección de estrabismo y reanimación facial; con gran emoción en el mes de junio comenzó la búsqueda de médicos en Colombia que tuvieran algún tipo de especialidad e interés en esta enfermedad.

Asistió a muchas citas médicas con especialistas en oftalmología para buscar solución alguna, pero los médicos siempre le decían que no había nada que hacer, que su problema era muy raro y les daba miedo intervenir.

Foto: Cortesía de la familia Contento.

“Eso fue bastante fuerte y pasé por un momento difícil ya que mi ilusión se estaba derrumbando, dejé el tema de la cirugía de los ojos a un lado y me di a la tarea de buscar la cirugía de reanimación facial” dice Jorge con un desaliento en su voz que refleja la tristeza de aquel momento.

Obtuvo una cita con un cirujano maxilofacial en la ciudad de Villavicencio, aquel médico conocía muy poco sobre el síndrome y también decía que era difícil encontrar solución, pero como Jorge ya había investigado, le contó que la cirugía si existía y era posible en pacientes como él. El doctor tomó gran interés por esto y dijo que él no podía hacerle nada pero que lo ayudaría a buscar un cirujano en el país, experto en reanimación facial.

En el mes de octubre se volvieron a encontrar y Jorge fue  remitido a Bogotá a una cita con el médico Carlos Eduardo López Valderrama, especialista en parálisis facial. En una larga charla  con  este doctor, Jorge le explicó todo lo que sabía y todo lo que había investigado sobre este síndrome y que incluso, en otros países ya se había practicado la cirugía con grandes resultados.


El Dr. López, sorprendido lo felicitó por el conocimiento que tiene sobre su enfermedad, diciendo que ni él sabía tanto de ese síndrome. Así que le realizó unos exámenes a Jorge y posteriormente, se decidió a realizarle la cirugía. 

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