Quieta, sosegada, tranquila...
...confundida, perturbada, desilusionada.
No sé, simplemente no sé.
¿Cómo puedes de manera tan fácil
decirme que no más?
¿Cómo pudiste robarte mi corazón y después
apuñalarlo?
¿Cómo pretendiste que enmudeciera,
mientras pensabas que todo estaba bien?
No puedo comprenderte.
No me puedo explicar cómo me volví en algo efímero para tí.
¿Cómo sonreís mientras lloro?
Podría desgarrarme el alma de amor, podría
acobijarte con mis brazos, ofrecerte un amanecer de besos, nutrirte con mi ser.
Pero como basura te deshaces de esto
que siento,
como algo banal te desprendes,
como si nunca hubiera sido…
Sandra Zabala
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