10/25/2011

¿TENEMOS ALTERNATIVA?

Por: Camila Grajales



Si bien es cierto que, cuando cumplimos la mayoría de edad somos de buena forma invitados al mundo de la “decepción política”, por aquello que se ha repetido a través de generaciones: la politiquería; que no es más que la degeneración de la democracia.

Es común, encontrar en época de elecciones, exceso de tejas, pollos, y ladrillos, sin contar afiches, camisas, gorras, manillas y toda la publicidad que queda plasmada durante los siguientes cuatro años, que además de contaminar visualmente la ciudad, nos trae mal recuerdo del voto de esperanza que con ilusión alguna vez dimos.

Lo más significativo de esta época electoral –a nivel de la transformación- , es que ser mayor de edad ya no es necesario; los niños ahora son partícipes de campañas políticas (por no decir usados); los jóvenes tienen más criterio político y aunque no puedan votar, adquieren cada vez más la capacidad de persuadir, de generar debate. Y a raíz de esos cambios es que nace la alternativa que todos tenemos: el voto a conciencia.
No hay nada más decepcionante y determinante a la hora de elegir un representante, que el hecho de que éste llegue con un tamal, ¿pretende comprar conciencias? El mensaje es tan explícito que ofende. Por otro lado existe el voto en blanco, que representa el inconformismo hacia los candidatos, y que demuestra insatisfacción generalizada.

Lo único que no es alternativa, (excepto para las maquinarías corruptas) es el abstencionismo, la gente prefiere no votar, y dejar que otros decidan por ellos.
Esto se ha visto tanto, que ahora no son las mayorías -como la democracia manda- las que eligen, sino las minorías, que sí ejercen su derecho ciudadano ¿Y tú, actúas en función de cuál alternativa?

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