Colombia mi madre, mi casa
Por: Diana Katherine Vanegas Castro
C.s.p v Semestre
Colombia es mi madre, patria que me ha parido bajo el majestuoso cielo de Armenia,
arropada por un jardín de rosas perfumadas, me ha enseñado a caminar sobre lo húmedo de
sus bosques para hacerme tan fuerte como mis antepasados.
Me cuida como a la niña de sus ojos, adorna mis cabellos con las más bellas orquídeas que
tiene en su jardín a quien bautizó Quindío. Todas las mañanas me despierta el suave e
inconfundible olor a café de mi madre, sin nombrar los exquisitos platillos que sólo en mi
casa se pueden saborear, no hay mejor anfitriona que mi madre quien recibe a sus vecinos
con fiesta y con la mejor de su música cumbia, vallenato, salsa y porro.
y cómo no1 si a mi madre no se le escapa ningún detalle, sobre su mesa está toda la
variedad de alimentos que sólo ella sabe preparar como el ajiaco Santafereño, el tamal
Tolimense, el bocadillo veleño, las arepas de choclo, el cocido Boyacense, y no puede faltar
una totuma con chicha bien fría!
Todos quieren visitar a mi madre es que en su casa exhibe los más envidiados tesoros, una
variedad de piedras preciosas como el topacio, diamantes, zafiros, rubíes y el embrujo
verde de sus esmeraldas.
Su sala está decorada con claveles, rosas, orquídeas y por imponentes palmas de cera; aquí
se respira naturaleza mi casa es vida y mi vida es mi casa, no quiero salir de aquí, cada día
es una experiencia distinta junto a mi madre y mi casa.
No me canso de contemplar el jardín donde vienen a visitarme las más hermosas aves que
engalanan el lugar, mi favorita es el tucán pico azul a quien le encanta juguetear con las
flores que caen en el hermoso tapete verde que viste a mi jardín , también viene el picaflor
enmascarado, el mismo que en medio de su aleteo juega con la peculiar nariz del inocente y
tímido sinsonte.
Es que mi casa es un espectáculo diario, soy tan afortunada de vivir aquí, de bañarme con la
más pura de las aguas que me ofrece el mar caribe, y sentir el roce del viento cuando
bromea con mi pelo, el mismo que es decorado con el reflejo azuloso de la luna, quien es
fiel testigo de mis noches sin sueño donde aprovecho para jugar en silencio con mis amigas
las estrellas, ellas son las encargadas de decorar el techo de mi casa, no me cansaré de admirarlas y de juguetear con la punta de mis dedos queriendo alcanzar el destello de sus
ojos.
Cuanto deseo perpetuar a mi madre y el amor que siento por ella, cada noche mi alma y
mi corazón son testigos de mis oraciones exasperadas pidiendo que las bendiciones de Dios
sean derramadas sobre mi madre y mi casa.
9/29/2014
POEMA - Colombia, mi madre, mi casa - Talento UNIMINUTO
9:34 a.m.
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