5/19/2012

“Al Cesar lo que es del Cesar”

Por: Mónica Oviedo.



Hoy tengo mi espíritu “justiciero” a flor de piel, por lo que he decidido hacer frente a algunas críticas que hacen en cierto artículo de opinión sobre mi universidad, UNIMINUTO, y digo mía porque después de cinco años estudiando y compartiendo con las personas maravillosas que en esta trabajan, la siento como mi segundo hogar.


No voy a negar que he sido de los que más ha ‘peleado’ o mejor dicho luchado porque en esta universidad haya condiciones para desarrollar nuestras habilidades y competencias, aunque soy consciente de que todavía hay falencias, también debo admitir que a lo largo de estos años se ha mejorado en muchos aspectos.

Como a mí, de pequeña me enseñaron que “al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios”, en este artículo intentaré hacer un balance de lo que no teníamos y ahora sí y de lo que falta por mejorar.

Iniciaré por reconocer que aunque la sede de nuestra Alma Mater no es la envidia de los estudiantes de las otras universidades de Villavicencio, no está a la altura de las prestigiosos claustros educativos de Estados Unidos y Europa - que ciertamente no es como nos gustaría que fuera y sin dejar de lado que ante los demás universitarios somos conocidos como ‘el kínder Garden Uniminuto’- y como no si en la puerta principal hay una barrera para controlar la entrada que nos da el aspecto de ‘jardín infantil’; también es evidente que estudiantes de otras universidades se han pasado a la nuestra.

Buscando una explicación a este extraño fenómeno, me doy cuenta que esta universidad tiene dos aspectos que la hacen interesante y extraordinaria a los ojos de las personas ajena a ella. El primero, el costo de la matrícula y las facilidades u opciones de pago. Claro, en todas las universidades debe haber opciones de pago, pero aquí le explican a uno, casi que con plastilina, los pasos a seguir para acceder a ellas, bueno al menos así me paso a mí, obvio que en esa época no había tanta gente.

Segunda, y creo que la razón más importante que hace de Uniminuto una de las mejores de la ciudad, es la calidad de la educación, porque duélale a quien le duela aquí tenemos muy buenos docentes, a medida de lo que permite el presupuesto y la oferta laboral en la región. Para nosotros como estudiantes sería magnífico contar con docentes de Bogotá y por qué no, de talla internacional, pero por ahora debemos aprovechar los conocimientos de nuestros profes.

Pasando al área que me compete, Comunicación Social, sobra decir que contamos con un estudio de audio y televisión, que evidentemente no es más optimo ni lo que esperamos como estudiantes, pero estoy segura será mejor cuando tengamos nuestra sede propia, que esperamos sea muy pronto; al menos contamos con algo, no como cuando iniciamos que teníamos que alquilar o prestar equipos en otros lugares porque aquí no había.

Antes contábamos con dos salas de sistemas, la de los computadores viejos y la de los “nuevos”, ahora tenemos ¡cinco salas de sistemas! Claro en una de ellas está el geriátrico y en otra hay tres Macintosh, que son pocos pero indican que vamos por buen camino. De igual manera, debíamos sufrir para sacar la publicación de nuestro periódico institucional, La Pluma, que era impreso, que en muchas ocasiones no salió, ya sea por falta de recursos o voluntad. Ahora tenemos una variedad de medios institucionales, incluida La Pluma, pero ahora digital;  en los que podemos participar, pero simplemente no lo hacemos.

Aunque queda mucha tela por cortar, lo cierto es que para ser la mejor universidad de Villavicencio, se deben  optimizar algunos aspectos, la contratación de personal para agilizar la atención al público y la construcción o adquisición de la sede de Uniminuto Villavicencio, que ayudará en gran medida a la solución de varios inconvenientes por falta de esta.

Entonces, les propongo que en lugar de criticar el sitio donde pasamos la mitad del día, porque mejor no planteamos soluciones, una idea loca, si falta dinero para la tan anhelada sede, pues hagamos un bazar y si nos desespera esperar en el proceso de matrícula, la solución es más sencilla aún, no dejemos para matricularnos la última semana o el último día.

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